El Espejo de la Bruja

Desde mi prision de cristal...detrás del espejo...


Mi ira:

Mátame con esa mirada. Rómpeme los esquemas con esa sonrisa tuya. Haz que se me hielen las entrañas, pero aun así no conseguirás nada. Por mucho que mi corazón quiera, mi cabeza niega la existencia de sentimientos de ese tipo hacia ti. Y a aunque adrede no lo hagas, los gestos tuyos que piden y ruegan que te ame, hacen que se me rompa el alma por no lograr hacerlo.

Por pretender, quiero. Te abrazaría con ardor, te besaría con pasión, y mirándote a los ojos te pediría perdón por no haberlo hecho antes, pues es tan grande lo que siento que a veces parece que va a huir de mi pecho. Pero no puedo. Mi mente no me deja hacerlo. Es la parte que odia de ti esas señas que provocan en mí ser una resplandeciente demencia por ti.

Y de ese odio nace mi rechazo. ¿Quién crees que eres para hacer temblar a mí ser de esa manera solo con una sonrisa? Nadie debería tener control sobre otra persona de esa manera. Pues cuando tu mirada se clava en mi siento me enardezco ante ti, que soy tuya, que huiría contigo con una sola palabra…

Pero no. Me niego a sentir algo así. Pero luego llegas tú, destrozando esquemas, y con tu dulce voz me llamas a tu lado, y voy como si estuviera hipnotizada por tus palabras…Tus vista se clava en la mía, compartiendo el color de las pupilas, fundiendo miradas, mientras las luces y las sombras del día pasan ante nosotros, reflejando en nuestros ojos sentimientos que no mostramos, mermando mi voluntad, pero algo de esta hace que aun me resista a ti.

La ira ardiente recorre mis venas cuando te vas sin hacer nada, con esa misma sonrisa, con esa misma mirada…pues no…no voy a hacer nada, harta de esperar, no voy a darte el gusto de ser tu quien obtiene el premio de este juego, pues no soy ningún trofeo.

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Ratos de aburrimiento, en los que me asalta la inspiración...

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